Ruta

Como siempre en nuestros viajes, hemos utilizado 2 semanas, y esta vez el país elegido fue Polonia. Los motivos que nos llevaron a elegirlo fueron dos, por una parte a Alfredo le apetecía mucho y también porque aunque son Europa, todavía no están en el euro y eso se nota en los precios.

Hemos visto ciudades con cascos antiguos muy bonitos, Lublin, Zamosc, Cracovia, Wroclaw, Poznan, Torun, Grudziadz, Malbork, Gdansk, Varsovia; además de lugares de la Segunda Guerra Mundial como los campos de concentración de Majdanek, Auschwitz, Stutthof, el campo de prisioneros Stalag Luft III, Mamerki y la Guarida del Lobo en Ketrzyn. 

Este viaje lo realizamos 3 personas, nos acompañó Santi (que se ha convertido en nuestro fiel acompañante).

Fechas: 15 al 29 de septiembre de 2014.

Ruta del viaje:
Día 1: vuelos y noche en Garwolin.
Día 2: Lublin, Majdanek y Zamosc.
Día 3: Zalipie y Cracovia.
Día 4: Auschwitz y Cracovia.
Día 5: Cracovia.
Día 6: Wroclaw.
Día 7: Zagan y Poznan.
Día 8: Torun, Grudziadz y Malbork.
Día 9: Malbork, Stutthof y Gdansk.
Día 10: Gdansk.
Día 11: Mamerki.
Día 12: Guarida del Lobo y Varsovia.
Día 13: Varsovia.
Día 14: Varsovia.
Día 15: vuelta a casa.


Datos de interés

IDIOMA

No hemos tenido problemas para hacernos entender, con nuestro inglés y el suyo (que nos pareció de un nivel similar), y el diccionario de vez en cuando, nos hemos apañado estupendamente. A veces faltaba alguna indicación en inglés, pero como en nuestro documento de viaje llevábamos los nombres de los lugares tanto en español como en polaco, incluso en inglés, no hemos tenido ningún problema.

MONEDA

Es el złoty (abreviatura zł) su cambio durante el viaje, estaba alrededor de 1 € = 4’18 zł.


CAMBIO Y CAJEROS

Previamente antes de ir, un amigo que estaba por allí de trabajo nos cambió unos pocos złotys, para así a nuestra llegada no realizar ningún cambio en el aeropuerto, ya que suelen darlo muy malo.

Se cambia en los Kantor, que es como se denominan allí las casas de cambio; normalmente no se quedan ninguna tasa aparte, simplemente hay que fijarse en el precio del cambio (donde pone Kupno), y preguntar cuantos złotys te dan por tantos euros; cuantos más euros cambies mejor es el cambio que te ofrecen.

Nosotros cambiamos al día siguiente de nuestra llegada, en Lublin, y como el cambio era bastante bueno, decidimos cambiar prácticamente el dinero necesario más o menos de todo el viaje, y así olvidarnos de estar pendientes de buscar casas de cambio. Al final nos sobraron złotis y en Varsovia tuvimos que hacer cambio a euros.

La mayoría de gente no utiliza los cajeros por la comisión que luego se queda el banco por retirada de efectivo en un país que no sea el nuestro, que suele ser elevada. Y la tarjeta la utilizamos en muy pocos sitios, por el mismo motivo.

CLIMA

Los primeros días fueron bastante soleados, e incluso algo calurosos, se iba muy bien en manga corta durante gran parte del día. Los últimos ya refrescó bastante más, cuando subimos hacia el Mar Báltico se notaba el cambio.

Apenas nos llovió en todos los días, un par de días o tres sacamos el paraguas, pero poco más que chispear. Un día sí que nos cayó una buena tormenta, pero nos pilló en el coche.

Los primeros días la temperatura oscilaba entre 25 y 15 más o menos, y luego los últimos entre 15 y 10.

TRANSPORTES

Exceptuando en Varsovia y una vez en Cracovia, no hemos usado el transporte público, porque en el resto de ciudades se puede ver el centro perfectamente a pie.

En Cracovia lo usamos para ir del centro al Gueto, en tranvía fueron sólo 10 minutos pero así adelantábamos tiempo; el precio del billete fueron 2’80 zł, para el de 20 minutos (suficiente para las distancias en las que nos movemos los turistas), la máquina estaba en inglés y era muy fácil de entender.

En Varsovia el billete sencillo son 3’40 zł para 20 minutos (con ese muchas veces te puedes apañar). Pero nosotros nos sacamos un título de transporte que es de fin de semana, válido desde el viernes a las 7 de la tarde hasta el lunes a las 8 de la mañana, además sirve hasta para cinco personas; su precio son 40 zł. Nosotros desde luego lo amortizamos, porque estábamos alojamos en la zona Centrum (que no es el centro) y para ir al casco histórico utilizamos el tranvía, y también para ir a algunos museos; las distancias en Varsovia son grandes y aunque no son bárbaras, así se puede ganar bastante tiempo. En la mayoría de paradas hay máquinas de billetes, pero no todas son iguales, por ejemplo, la que había en Centrum donde cogíamos el tranvía, no vendía el billete de fin de semana, encontramos una por la parada del metro de Centrum que sí que lo tenía; muchos tranvías también llevan máquina de venta, aunque no sabría decir si son todos.

TAXIS

Utilizamos sólo en Varsovia, y de los cuatro que cogimos uno nos engañó; habíamos leído sobre el tema, pero siempre hay veces que te despistas.

Desde el aeropuerto cogimos una de las tres compañías recomendadas (ELE TAXI, SAWA TAXI y SUPER TAXI), en un folleto del aeropuerto informan que el coste debe estar alrededor de 40 zł, a nosotros nos costó 45 zł pero había bastante tráfico, y el de vuelta que lo reservamos en el hotel nos costó 32 zł (MPT). Lo de coger otra compañía en el aeropuerto, no es fácil, ya que los nombres de estas tres compañías están indicados por todas partes, y te los encuentras nada más salir a la calle; las otras compañías tienen la parada un poco más lejos.

También cogimos taxi dos noches para volver desde el casco histórico al hotel, ya que sobre 22’30 finalizaba el tranvía que nos llevaba directo al hotel. Y aquí la primera noche sí que nos engañaron, estábamos cansados y nos metimos en uno sin mirar ni preguntar y fueron 54 zł (EURO-TAXI), más caro que el del aeropuerto. Pero al día siguiente ya nos fijamos, y preguntamos antes de subir, y nos costó lo que dijo, 20 zł (GROSIK), esto ya nos pareció más razonable.

CARRETERAS

Nuestra ruta era bastante ambiciosa, ya que recorrer 2.300 kilómetros en dos semanas supone bastantes horas al volante, y más teniendo en cuenta que algunos días estábamos en la ciudad y no lo cogíamos; pero siendo tres conductores es perfectamente realizable, eso sí llevábamos bien detallado todo lo que queríamos visitar, y además el GPS nos funcionó a las mil maravillas y no nos gastó ninguna trastada. Realizamos algún pequeño cambio en la ruta, pero la noche anterior lo mirábamos en internet para dejarlo todo perfilado.

La gran pregunta antes de ir, es el estado de las carreteras, y la verdad es que en general han estado bastante bien, en muchos caso mejor de lo que pensábamos. Hemos recorrido todo tipo de carreteras, autopistas, autovías, nacionales, locales; y nos hemos encontrado todo tipo de asfalto, desde locales con un asfalto estupendo a nacionales con el asfalto destrozado, hasta tramos de adoquines, aquí sí que alucinamos, pero fueron tramos cortitos.

Eso sí, un montón de obras por todas partes, pero bueno cosa normal en un país que ha entrado hace relativamente poco en Europa; encontramos una web bastante interesante en la que se va viendo la evolución de las carreteras SISKOM.

Las velocidades son bastante similares a las nuestras, la más diferente es en autopistas que llegan a 140 km/h, en autovías puede ser desde los 100 km/h hasta los 120 km/h, en nacionales 90 km/h, pero en los cruces 70 km/h y en ciudades 50 km/h.

Un de las cosas que más llama la atención es que en las nacionales hay pasos de cebra, al principio choca bastante (aunque nosotros ya lo habíamos visto en nuestro viaje a las Bálticas hace dos años); pero luego ya te vas acostumbrando, y además están muy bien señalizados.

También nos llamó la atención, que las señales de tráfico son con el fondo amarillo, así que nosotros no llegamos a distinguirlas de las de obra.

Radares vimos muchos, todos perfectamente señalizados y bien visibles; nosotros en el GPS no llevábamos nada de radares, pero si te vas fijando en las señales, sin problemas.

Como ya nos sucedió el año pasado, el tiempo que dice Google Maps, no nos pareció muy acertado. Para más o menos diseñar la ruta lo hicimos con el Google Maps como siempre, pero luego para definir la ruta final, calculamos los tiempos con el GPS; y menos mal porque nuevamente, el tiempo real puede ser un 20-25% más del tiempo que indica el Google Maps.

Otro tema sobre el que se lee mucho y hay mucha diversidad de opiniones, es la forma de conducir de los polacos, no vamos a negar que es algo diferente a la nuestra, simplemente al principio hay que observar un poco y habituarse. Lo que más nos llamó la atención es que cuando hay arcén lo usan para apartarse (principalmente camiones), y así, si hay un carril para cada sentido, y los dos se echan al arcén, se fabrica un carril central imaginario para adelantar. También tienen costumbre de pegarse bastante para adelantarte, pero ni hacen luces ni pitan ni nada, se colocan ahí para cuando te apartes. Cuando te acostumbres a estas dos cosas, sobre todo a lo de utilizar el arcén, la conducción polaca ya te parecerá más normal.

COMIDA

Sin que nos haya maravillado, sí que nos ha gustado, casi siempre hemos ido a restaurantes tipo medio, prácticamente no hemos recurrido a la comida rápida en todo el viaje.

Hay mucha sopa (zupy), también se puede ver en la carta como żurek (que es una sopa típica con huevo cocido y embutido), los primeros días como hacía calorcillo no apetecía mucho, pero los últimos como bajo la temperatura sí que pedimos; y no nos fuimos sin probar una muy típica que va en un pan, aunque no nos llegamos a quedar con el nombre. Estaban todas bastante buenas, y eso que yo no soy muy de sopa.

También hay baste codillo (golonka), en todos los sitios muy bueno y muy tierno, desde que lo probamos, lo pedíamos casi todos los días.

Su plato típico son los pierogi, que es pasta en forma de empanadillas rellenas de diferentes productos, el más habitual suele ser la carne (mięso), a mi personalmente me gustaron bastante y las pedí varios días a lo largo del viaje.

Foto: wikipedia

Por 8 o 10 € por persona comíamos todos los días muy bien, en restaurantes bastante bien, algunos días incluso por menos.

GUIAS

En un principio íbamos a coger Free Walking Tour, pero como al final nos ahorramos bastante en los hoteles, decidimos invertirlo en guías.

En Cracovia, hay bastantes en español, y tras mucho bucear por la red y leer opiniones, nos decidimos por Cracoviana por la cantidad de buenas opiniones que tenía, así que preguntamos disponibilidad de las excursiones que queríamos y precio para tres personas. Nos escribimos varios mails con Marga para ir concretando cosas, siempre contestando muy rápido. Todo nos costó unos 440 €, que es bastante dinero, pero es que eran tres excursiones y una de ellas con transporte privado. Un día por la mañana Auschwitz con transporte privado incluido (210 €) y por la tarde Cracovia Judía incluida la fábrica de Oskar Schindler (115 €), y al día siguiente por la mañana Cracovia con visita al Castillo (125 €). Hubiera sido mejor poder disponer de un día más y así no haber metido dos excusiones en un día, pero no teníamos más tiempo. Habíamos leído muchas y muy buenas opiniones de uno de los guías, David, que es un especialista en la Segunda Guerra Mundial, y la verdad es que no se equivocaban, sabe mucho y es un guía excelente; desde luego los recomendamos totalmente.

En Varsovia nos costó más encontrar guía, ya que no hay tanto en español, al final nos decidimos por una chica que se llama Aleksandra, aquí acordamos hacer Casco Antiguo y Ruta Real + Varsovia Judía en 5-6 horas, y la tarifa era de 15 € la hora; al final hicimos la visita en 5 horas, así que fueron 75 €. Un par de días antes nos llamó para decirnos que lo sentía mucho pero que le era completamente imposible hacernos la visita, pero que había contactado con una amiga que nos podía hacer la misma visita por el mismo precio; aunque tuvimos que cambiar el día de la visita le dijimos que si, y la verdad es que con Anna muy bien, nos enseño muchos lugares de la ciudad; sin duda muy recomendable también.

En ambos casos se podía pagar, tanto en euros como en złotis.

Un poco de historia

Plasmar la historia de Polonia (Polska) en unas pocas líneas es más que complicado, porque a lo largo de los años ha sido muy intensa.

Por ejemplo, yo no sabía ni que Lituania había sido polaca, ni que Polonia le ganó una batalla a Rusia.

Comenzaré a finales del siglo XVIII, cuando tras un largo periodo de decadencia, Polonia quedaría bajo el dominio de las potencias vecinas: Prusia, Rusia y Austria; que se repartieron el país 3 veces.

En 1918 tras la Primera Guerra Mundial, recuperaron su independencia después de más de un siglo. Pero el periodo entreguerras era tenso e inestable, por la delimitación de fronteras que no convencía a muchos, y por la inestabilidad política; todo esto le llevó a guerras con Rusia, Ucrania, Checoslovaquia y Lituania.

El 23 de agosto de 1939 Alemania y la Unión Soviética firmaron el Pacto Ribbentrop-Mólotov, un pacto de no agresión mutua; pero en el que en realidad se repartieron parte de Europa, entre ellas Polonia.

El 1 de septiembre de 1939 Alemania invadió Gdansk (Danzig en alemán), dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial.

Pero hay un hecho que yo desconocía, que ocurrió la noche anterior, para así Alemania poder “justificar” su ataque del día siguiente. Tropas alemanas con uniforme polaco atacaron una emisora de radio fronteriza alemana en Gleiwitz (Gliwice en polaco, y actualmente perteneciente a Polonia), con el objetivo de difundir un mensaje en polaco en el que se animaba a los polacos a tomar las armas contra Hitler.

También hay un hecho que nosotros desconocíamos por completo, pero que para los polacos es muy importante en su historia, “la masacre de Katyń” (actualmente Rusia), donde fueron asesinados oficiales del ejercito, policías, e intelectuales (profesores, artistas, investigadores e historiadores); esto ocurrió en la primavera de 1940, llevado a cabo por los soviéticos por orden de Stalin, en total unos 22.000 prisioneros; privando así a los polacos de gran parte de su elite cultural. Los soviéticos siempre culparon a los nazis, pero en 1990 bajo el mandato de Gorvachov el parlamento ruso lo reconoció y se abrió una investigación, que fue interrumpida en 2004 bajo el mandato de Putin

Tras la Segunda Guerra Mundial, quedaron en manos de la URSS, bajo un régimen comunista que duraría más de 30 años

En 1980 surgió el sindicato “Solidaridad” liderado por Lech Wałęsa, que se convirtió en todo un símbolo de lucha contra el comunismo; la lucha obrera siempre contó con el apoyo de la iglesia católica. En 1989 se organizaron las primeras elecciones libres, y así Polonia se convirtió en el primer país en abandonar el régimen comunista (meses después se producía la caída del Muro de Berlín); todo esto supuso el comienzo del fin del comunismo en Europa. Un año más tarde en 1990, Lech Wałęsa ganó las elecciones.


Foto: wikipedia

Foto: wikipedia

Personalidades polacas

Creo que la mayoría, solo conocemos como polacos, a Juan Pablo II y Lech Wałęsa (por lo menos yo antes de investigar para el viaje), pero los polacos cuentan con personas ilustres e importantes para la ciencia como Nicolás Copérnico y Marie Curie; también con un músico famoso, Frédéric Chopin. Sin ser polaco también voy a mencionar, a Oskar Schindler, famoso por la película de Spillberg que salvó a 1.200 judíos del gueto de Cracovia. Y aunque mucho menos famosa, también me ha llamado la atención, Irena Sendler, enfermera que salvó a 2.500 niños judíos del gueto de Varsovia.

Nicolás Copérnico (Mikołaj Kopernik), nació en Toruń en 1473, estudió diversas materias, pero sobre todo fue un genial astrónomo. Su gran logro fue la Teoría Heliocéntrica del Sistema Solar, en la que decía que la Tierra giraba sobre si misma y alrededor del Sol, contradiciendo a la Iglesia que decía que la Tierra era el centro del Universo. Es considerado por muchos como el fundador de la astronomía moderna. Mas tarde Galileo Galilei y Johannes Kepler fueron sus seguidores.

En su memoria, en el año 2010, se bautizó al elemento 112 de la tabla periódica como “copernicio”.

Foto: es.wikipedia.org

Frédéric Chopin (Fryderyk Franciszek Chopin), nació en 1810 cerca de Varsovia, desde los 8 años ya ofrecía conciertos, y a los 20 años dejó Varsovia (donde ya no volvería nunca), y se fue a vivir a París; pero siempre recordaba su país. Prácticamente todas sus composiciones fueron para piano, y aunque también era compositor, principalmente destacó por ser un virtuoso pianista. Falleció con 39 años enfermo de tuberculosis en París y fue enterrado en el cementerio parisino de Père-Lachaise. Era un expatriado pero que amaba a su país, y atendiendo a su deseo, su corazón reposa en Varsovia, en la Iglesia de Santa Cruz (Kościół Świętego Krzyża).

En la película “El Pianista” de Roman Polański, se escuchan varias obras suyas. 

Foto: www.biografiasyvidas.com

Marie Curie (Marja Sklodowska), nació en 1867 en Varsovia, allí inició su carrera, pero a los 24 años se traslado a París para finalizar sus estudios de Física; y fue la primera de su promoción. Se casó con Pierre Curie, que era profesor de Física, juntos estudiaron la radiactividad, siendo pioneros con sus trabajos de Física y Química Nuclear.

En 1898 descubrieron el polonio (cuyo nombre es en referencia a su país natal) y el radio (llamado así por su intensa radiactividad), y cinco años más tarde recibieron el Nobel de Física (junto a Becquerel), convirtiéndose así en la primera mujer en recibir este premio.

Desde 1906 tras la muerte de su esposo, ella se ocupó de sus clases y siguió con las investigaciones, y se convirtió en la primera mujer en obtener una cátedra en la Universidad de La Sorbona.

Fue galardonada por segunda vez con el premio Nobel en 1911, esta vez en el campo de Química, por sus trabajos sobre las propiedades de los elementos radioactivos descubiertos; y así se convirtió en la primera persona en obtener dos premios nobel en distintas disciplinas.

Murió a los 67 años posiblemente como consecuencia de las radiaciones sufridas en sus investigaciones; un año después en 1935, su hija Irène Joliot-Curie también recibió un nobel de Química.

Foto: radioproteccion.wordpress.com

Oskar Schindler, nació en 1908, y aunque no fue polaco, ya que era de origen checo, tiene su rincón en la historia polaca. Fue un industrial y hombre de negocios, que salvó a unos 1.200 judíos del holocausto nazi, contratándolos en su fábrica en Cracovia.

Durante su niñez y juventud tuvo entre sus mejores amigos a familias judías, pero en 1939 se afilió al Partido Nazi; fue un hábil hombre de negocios reclutado por las SS como informante durante un tiempo.

Adquirió a bajo precio una fábrica en Cracovia, que se dedicaba a la confección de ollas y utensilios de cocina en tiempos de paz, pero en tiempos de guerra, cambió la producción a utensilios de campaña. Como la mano de obra germana resultaba cara y escasa, negoció con el comandante del campo de trabajo de Płaszów (Amon Goeth) el envío de judíos; desde este campo se les enviaba a los campos de exterminio de Auschwitz, Treblinka y Sobibor.

A través de esta convivencia diaria, se fue dando cuenta de la realidad de los judíos, y empezó a cambiar su actitud; hábilmente negoció y pagó por los que empleaba en su fábrica.

El negocio cambió a la producción de cápsulas y vainas de proyectiles de artillería, para así poder ampliar la solicitud de mayor mano de obra, y proseguir la salvación de judíos de Plaszów; Schindler dio instrucciones para que una parte de las cápsulas de proyectiles de cañón tuvieran defectos de fabricación, cuidando de que el sabotaje no resultara evidente.

Al principio puede que se sintiera motivado por el dinero (escondiendo a judíos ricos), pero luego comenzó a proteger a sus trabajadores sin tener en cuenta el beneficio económico. A finales de 1944 Schindler pudo salvar a unos 1.200 judíos polacos, quedando casi en la bancarrota personal. Falleció en 1974 a los 66 años de edad, y fue sepultado en el cementerio católico de Jerusalén; concediéndole el Gobierno de Israel, el reconocimiento de “Justo entre las naciones”.

Foto: en-wikipedia-org

Otro personaje que es menos conocido pero que creo que es justo reconocer es, Irena Sendler, nacida en 1910 y conocida como “El Ángel del Gueto de Varsovia”. Fue una enfermera y trabajadora social que durante la Segunda Guerra Mundial ayudó y salvó a más de 2.500 niños judíos.

Desde su infancia sintió simpatía por los judíos, pero cuando los nazis crearon un Gueto en Varsovia, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos. Pronto se puso en contacto con familias ofreciéndoles llevar a sus hijos fuera del gueto, aunque no les podía dar garantías de éxito; lo único seguro era que los niños morirían si permanecían en él. Muchas madres y abuelas eran reticentes a entregar a sus niños, pero resultó fatal para ellos; algunas veces, cuando volvía a visitar a las familias para intentar hacerles cambiar de opinión, se encontraba que ya se los habían llevado.

Irena quería que un día pudieran recuperar sus verdaderos nombres y sus familias, para ello ideó un archivo en el que registraba los nombres de los niños y sus nuevas identidades. Ella era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos, pero soportó la tortura y no traicionó a sus colaboradores o a sus niños.

Fue sentenciada a muerte, pero mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán le ayudó a escapar; y al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados. La “Zegota” (organización secreta polaca) había logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes.

Durante el Levantamiento de Varsovia, colocó sus listas en dos frascos de vidrio y los enterró en el jardín de su vecina; y al finalizar la guerra, ella misma los desenterró y le entregó las notas al presidente del Comité de Salvamento de los judíos supervivientes; lamentablemente la mayor parte de las familias de los niños había muerto en los campos de concentración nazis.

El Gobierno de Israel la nombró ciudadana honoraria de Israel, y le otorgó el título de “Justa entre las naciones”. Y el gobierno polaco le otorgó la más alta distinción civil del país “La Orden del Águila Blanca”. Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, pero no resultó elegida. "Jolanta" que era el nombre el nombre clave con la que los niños la conocían, falleció en Varsovia en 2008, a los 98 años de edad.

Foto: www.hmd.org.uk

Karol Józef Wojtyła (Juan Pablo II) nació en 1920 en Wadowice al sur de Polonia, su madre falleció cuando tenía 9 años, y más tarde se trasladó con su padre a Cracovia para iniciar sus estudios en la Universidad.

Cuando el 1 de septiembre de 1939 los nazis ocuparon Polonia y cerraron las universidades, él junto otros jóvenes, organizaron una universidad clandestina; para evitar su deportación buscó trabajo de obrero.

Al fallecer su padre a los 21 años emprendió camino hacia el sacerdocio, él junto con otros seminaristas, tuvieron que vivir ocultos en un seminario clandestino, los cuales fueron acogidos por el Cardenal de Cracovia (Adam Stefan Sapieha).

En 1946 a los 26 años fue ordenado sacerdote, y a los 46 años llegó a Cardenal. En octubre de 1978 a los 58 años fue nombrado Papa, rompiendo una tradición de más de 400 años de papas italianos. Murió el 2 de abril de 2005, a los 85 años de edad. En 2011 fue beatificado y en 2014 canonizado, siendo su día en el santoral el 22 de octubre.

Por muchos es recordado por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo, jugando un papel importante en el fin del comunismo sobre todo en su Polonia natal.

Foto: noticias.starmedia.com

Lech Wałęsa nació en 1943 en Popowo, en una humilde familia de campesinos. Tras servir en las Fuerzas Armadas, se traslado a Gdańsk, donde consiguió trabajo como electricista en los gigantescos astilleros Lenin.

Participó en las huelgas de 1970, y tras el sangriento final de la huelga, en la que murieron alrededor de 80 trabajadores, Wałęsa fue detenido y condenado por "comportamiento antisocial", pasando un año en prisión.

En 1976 perdió su trabajo en el astillero por recoger firmas para la petición de construir un monumento en memoria de los trabajadores asesinados; tras lo cual no pudo encontrar otro trabajo y fue mantenido durante un tiempo por amigos muy cercanos. Más tarde volvió.

El 14 de agosto de 1980, tras el comienzo de una huelga en el astillero, Wałęsa escaló su muro y se convirtió en líder de la huelga, poco después, el gobierno comunista permitió la legalización del Sindicato Solidaridad (Solidarność), llegando a 10 millones de polacos adheridos. Wałęsa fue elegido presidente, puesto en el que permaneció hasta diciembre de 1981, cuando se declaró la ley marcial y se declaró ilegal el sindicato; él fue encarcelado durante 11 meses, hasta noviembre de 1982.

En 1983 recibió el Premio Nobel de la Paz, que no pudo recoger el mismo, por miedo a que no le dejaran volver a su país.

En 1988 tras más huelgas volvieron a ser legales, y el 9 de diciembre de 1990, Wałęsa ganó las elecciones presidenciales y se convirtió en Presidente de Polonia. Bajo su mandato Polonia cambió completamente, pasando del régimen comunista al sistema capitalista; su estilo de presidencia fue muy criticado por el resto de los partidos políticos, y perdió mucho del apoyo público, no saliendo reelegido en 1995.

Foto: espaciojm.blogspot.com

Día 1: vuelos y noche en Garwolin

Kilómetros aproximados: 80.

Este viaje no requería madrugón, salíamos de casa hacia el aeropuerto a las 10 de la mañana; nos llevaron nuestros amigos Luis y Lourdes, compañeros de viaje en otras ocasiones, pero esta vez no podían venir. En 20 minutos llegamos al aeropuerto y facturamos en un momento, nos despedimos y pasamos el control.

Como no teníamos muy claro si en el avión nos iban a dar algo y en el trasbordo no íbamos a tener tiempo porque sólo había 1 hora, decidimos almorzar algo, unos bocadillos de jamón y unos refrescos (21 €).


Nuestro vuelo de Lufthansa con salida a las 12:40 estaba en hora, el vuelo fue tranquilo, y al final nos dieron un snack, pero vamos, que como el bocadillo de jamón nada; llegamos a Frankfurt más o menos a la hora prevista, las 15:10.

Solo teníamos 1 hora hasta el siguiente vuelo, pero fue bastante rápido y muy fácil, prácticamente todo recto por cintas mecánicas, así que al final nos sobró tiempo; este vuelo también estaba en hora, las 16:10, aquí tú mismo pasas la tarjeta de embarque por la máquina y nadie mira el DNI. Sobre la hora prevista 17:50 más o menos, llegamos a Varsovia.

Cuando llegamos a recoger la maleta, en la pantalla vimos algo que no llamó la atención y que no habíamos visto hasta ahora en ningún aeropuerto, y es que indicaba la hora prevista de llegada de las maletas, que en nuestro caso eran 10-15 minutos.

Salieron bastante rápidas las tres, y a continuación a buscar la oficina de alquiler de coches. La zona de llegadas es muy pequeña, nosotros teníamos que ir a Thrifty (pero alquilado a través de Autoeurope), que se encuentra a la izquierda, la última de todas las oficinas de alquiler de coches.

Nuestro coche elegido era un intermedio automático, no queríamos tener problemas de maletero, y ya nos hemos viciado con el automático, pagamos los dos conductores adicionales y el deposito de gasolina, y ya con las llaves nos fuimos al parking a buscarlo. De nuevo fue un Toyota Avensis wagon (como hace dos años en el viaje a las Repúblicas Bálticas), el coche estaba muy nuevo, tenía 17.900 kilómetros.

Como suele ser habitual, el primer turno de conducción es para Alfredo, paramos un momento para que el GPS cogiera cobertura y enseguida continuamos. Había bastante tráfico, mucho semáforo, pasos de cebra y una conducción quizás algo arriesgada, a la que nos estábamos acostumbrando.

Durante un buen rato seguimos dirección Terespol, hasta que ya aparecieron las señales de Lublin. Nuestro destino era un pueblecito llamado Garwolin (a mitad camino entre Varsovia y Lublin), donde simplemente íbamos a dormir, hasta allí teníamos algo más de 1 hora; así ya adelantábamos camino para llegar a Lublin que era nuestro primer destino real del viaje.

Llegamos al hotel a las 8’45 y preguntamos si podíamos cenar, nos dijeron que el restaurante estaba abierto hasta las 10, así que no lo dudamos, subimos y en 5 minutos bajamos a cenar; ya que nuestra otra opción era un McDonalds, para lo cual además había que coger el coche.

El Hotel Oleńka estaba bastante bien, más o menos lo que nos esperábamos (a pesar de que las últimas críticas en Booking que eran demoledoras). La cena nos pareció bastante bien, sobre todo teniendo en cuenta que era la primera comida polaca y la primera vez que nos enfrentábamos al idioma. Pedimos ensalada, pollo y cerdo, postres y cervezas; todo nos costó 110 zł (unos 8 € por persona).

Nuestras primeras cervezas polacas






Tras la cena, salimos fuera a fumarnos un cigarrito con todo el fresco, para nosotros el cambio de temperatura era considerable, pues veníamos de estar todavía en temperaturas muy veraniegas. Luego echamos un rato en la habitación, comentando el día y viendo la ruta de mañana; a las 11’30 cerramos luces y a dormir.

Día 2: Lublin, Majdanek y Zamosc

Kilómetros aproximados: 195.

Nuestra intención para este viaje era salir más o menos todos los días sobre las 8’30, así que pusimos el despertador a las 7’15, en media hora ya estábamos desayunado. Para nosotros fue un desayuno un poco extraño, había que elegir un plato de la carta, y acabamos eligiendo unas tostadas con jamón y queso, y piña; si, si, piña, resultó algo extraño junto con el café con leche, pero bueno una experiencia más.


Acabamos saliendo a las 8’45, que no estaba mal, pero que pensamos que habría que mejorarlo en días posteriores, teniendo en cuenta que nos habíamos levantado hora y media antes.

Pusimos dirección Lublin, hasta allí teníamos una hora y media, al llegar al parking en la explanada frente al Castillo, vimos que era por el sistema de la hora, así que fuimos a un quiosco a comprar unos caramelos, para tener monedillas. Entramos al CASTILLO (Zamek Lubelski) a preguntar por la visita a la Capilla, y compramos los tickets para las 11.


Como nos sobraba un buen rato nos acercamos al centro.



Queríamos ver la PUERTA DE CRACOVIA (Brama Krakowska), cuyo nombre le viene del camino real que iba desde Lublin a Cracovia, que por aquel entonces era la capital de Polonia.



También fuimos a cambiar dinero, Kantor Europa en Krakowskie Predmieście 29, previamente habíamos hecho la búsqueda por internet para adelantar tiempo. El cambio real estaba en 4’19, allí nos lo daban a 4’14 por 100 €, y 4’18 por 1.000 €. No dudamos y cambiamos bastante dinero, ya prácticamente para casi todo el viaje; mucha gente prefiere cambiar pequeñas cantidades muy a menudo, pero nosotros lo preferíamos así para no tener que estar pendiente de ir cambiado cada pocos días, y total, ya llevamos el dinero en euros.

Al final casi tuvimos que correr para llegar a las 11 a la visita. La  cAPILLA de la santisima trinidad (Kaplica Trójcy Świętej) es pequeñita pero muy bonita, está toda adornada con frescos ruso-bizantinos; cuando entramos estábamos solos, así que la disfrutamos mucho en tranquilidad, luego ya vino más gente. Lo que nos pasó, es que cuando compramos los billetes no lo  entendimos bien, ya que el billete era valido de 11 a 11’30 y durante ese tiempo puedes entrar cuando quieras; y nosotros pensábamos que había que estar allí a las 11 para entrar. Horario: 10 a 4. Precio 8’50 zł.




Unas fotos más y a continuar la ruta del día, ya tocaba de nuevo coger el coche.



Ahora íbamos al CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE MAJDANEK (Panstowowe Muzeum Na Madjanku). La vista nos llevó alrededor de 2 horas y tampoco es que nos entretuviéramos en exceso. Dirección: Droga Męczenników Majdanka 67. Horario: 9 a 5. Precio parking: 5 zł.

Fue creado en octubre de 1941 y los prisioneros principalmente trabajaban como esclavos en la producción de munición y fabricación de armas; este campo no formaba parte de la “operación Reinhard” y sólo gaseaban a los prisioneros débiles para trabajar, pero en 1942 se transformó en campo de exterminio con la introducción de cámaras de gas y crematorios. Dentro de la “operación Reinhard” su función era almacenar ropa y objetos personales que robaban a los judíos de los campos de exterminio de Belzec, Sobibor y Treblinka. A diferencia de otros campos, este no estaba escondido en ningún lugar remoto en medio de bosques.

Con la llegada del ejército rojo, el campo fue evacuado, siendo el crematorio el único lugar que los nazis consiguieron destruir antes de la fuga; gracias al rápido avance de las tropas libertadoras, fue el primer campo de concentración en ser liberado; y es el mejor preservado del Holocausto.

Tras la liberación de campo en julio de 1944, se descubrieron unas fosas con 18.000 judíos fusilados entre los días 3 y 5 de noviembre de 1943 en la llamada “fiesta de la Cosecha” (Erntefest), una operación ordenada por Himler tras la sublevación de Sobibor, destinada a aniquilar a todos los judíos de los campos de trabajo de Polonia, por temor a mas revueltas.

Los soviéticos lo transformaron en campo de la NKVD (el servicio secreto soviético), donde internaron a miles de la resistencia polaca.

Debido a la falta de registros en Majdanek, el número de muertos ha sido más difícil de calcular que en otros campos de exterminio, y las cifras son muy diferentes.

La visita se hace en coche y al entrar se paga el parking, no nos dieron plano ni preguntamos, porque llevamos uno impreso con el que nos apañamos; lo cual no hizo que realizáramos la vista en el sentido correcto, al acabar nos dimos cuenta que hicimos la visita al revés, ya que comenzamos por el crematorio y luego los barracones, y claro el sentido lógico es a la inversa. En todo el recinto hay tres parkings.

En la zona del crematorio hay un monumento circular que contiene las cenizas de miles de víctimas “Mausoleo”.


Luego fuimos a la zona donde están los barracones, a algunos se puede entrar y son todos diferentes, uno son duchas, otro la maqueta del campo, otro un memorial, otro el museo; están bastante bien. En el museo compramos un mapa guía en español (4 zł), casi ya nos íbamos pero nos lo llevamos de recuerdo.





Finalmente fuimos al parking que hay en la entrada para desde allí ir al otro memorial llamado “La Puerta del Infierno”. Desde ahí se tiene percepción de lo grande que es el campo.




Ya eran las dos de la tarde, así que tocaba comer, siguiendo la carretera a un par de minutos esta Karczma Tadami, una casa de madera con una decoración muy bonita. La carta solo estaba en polaco, pero nos apañamos; pedimos pollo, codillo, ensalada y las bebidas, todo nos costó 122 zł (unos 10 € por persona); la ensalada nos la recomendó el camarero y estaba buenísima.








Tras la comida, me tocó turno de conducir, teníamos una hora y media de viaje; reconozco que al principio me costó un poco acostumbrarme a sus “normas” particulares, pero al final te habitúas. Una vez miro por el por el retrovisor, y me veo un coche por la derecha yendo por el arcén y otro por la izquierda que va adelantando, que momento.

Llegamos a Zamosc sobre las 5 de la tarde, y como íbamos bien de tiempo decidimos ir a ROTUNDA ZAMOJSKA. Dirección: Droga Męczenników Rotundy. Horario: 7 a 20 horas.

Fortaleza circular construida en el siglo XIX como parte del sistema defensivo de la ciudad, durante la Segunda Guerra Mundial los nazis la utilizaron como prisión temporal y lugar de ejecuciones; se estima que cerca de 8.000 personas fueron asesinadas. Al  principio los cuerpos de las víctimas fueron enterrados alrededor, pero hacia el final de la guerra, y con el fin de borrar las huellas de genocidio, los cadáveres fueron desenterrados y quemados. En los alrededores y en la carretera que conduce a la Rotunda, están enterrados algunos de los que aquí murieron.

En el centro del patio hay una lápida con una inscripción que dice: “Aquí criminales nazis quemaron los cuerpos de las víctimas que habían asesinado, presos de la Rotunda. Que descansen en paz”.







Tras esta visita, al coche y en menos de 5 minutos ya estábamos aparcando al lado del hotel, decidimos ir directos a la RYNEK antes de que se nos acabara la luz. Lo más destacable es el Ayuntamiento que está considerado el más bello del país, y la verdad es que es muy bonito. Toda la plaza está rodeada de bonitas casas de colores, conocidas como CASAS ARMENIAS (Kamienice Ormiańskie).






Después de las fotos, un paseo y luego al coche a por las maletas y al Hotel Mercure Zamosc, nosotros tuvimos que pedir que nos cambiaran nuestra habitación porque no nos funcionaba la televisión; la primera era muy grande y más antigua, y la segunda algo más pequeña pero mas moderna.

Descansamos un rato y sobre a las 8’30 salimos a cenar, no nos complicamos y en la misma Rynek, fuimos a uno llamado Bohema que está en un sótano, resulto bastante bonito y confortable; pedimos trucha y dos pizzas, un postre y bebidas; todo por 101 zł (unos 8 € por persona).




Vuelta al hotel, un poco de internet y a dormir.