Kilómetros
aproximados: 80.
Este viaje no requería madrugón, salíamos
de casa hacia el aeropuerto a las 10 de la mañana; nos llevaron nuestros amigos
Luis y Lourdes, compañeros de viaje en otras ocasiones, pero esta vez no podían
venir. En 20 minutos llegamos al aeropuerto y facturamos en un momento, nos
despedimos y pasamos el control.
Como no teníamos muy claro si en el
avión nos iban a dar algo y en el trasbordo no íbamos a tener tiempo porque sólo
había 1 hora, decidimos almorzar algo, unos bocadillos de jamón y unos
refrescos (21 €).
Nuestro vuelo de Lufthansa con salida
a las 12:40 estaba en hora, el vuelo fue tranquilo, y al final nos dieron un
snack, pero vamos, que como el bocadillo de jamón nada; llegamos a Frankfurt más
o menos a la hora prevista, las 15:10.
Solo teníamos 1 hora hasta el
siguiente vuelo, pero fue bastante rápido y muy fácil, prácticamente todo recto
por cintas mecánicas, así que al final nos sobró tiempo; este vuelo también
estaba en hora, las 16:10, aquí tú mismo pasas la tarjeta de embarque por la máquina
y nadie mira el DNI. Sobre la hora prevista 17:50 más o menos, llegamos a
Varsovia.
Cuando llegamos a recoger la maleta,
en la pantalla vimos algo que no llamó la atención y que no habíamos visto
hasta ahora en ningún aeropuerto, y es que indicaba la hora prevista de llegada
de las maletas, que en nuestro caso eran 10-15 minutos.
Salieron bastante rápidas las tres, y
a continuación a buscar la oficina de alquiler de coches. La zona de llegadas
es muy pequeña, nosotros teníamos que ir a Thrifty (pero alquilado a través de
Autoeurope), que se encuentra a la izquierda, la última de todas las oficinas
de alquiler de coches.
Nuestro coche elegido era un
intermedio automático, no queríamos tener problemas de maletero, y ya nos hemos
viciado con el automático, pagamos los dos conductores adicionales y el
deposito de gasolina, y ya con las llaves nos fuimos al parking a buscarlo. De
nuevo fue un Toyota Avensis wagon (como hace dos años en el viaje a las Repúblicas
Bálticas), el coche estaba muy nuevo, tenía 17.900 kilómetros.
Como suele ser habitual, el primer
turno de conducción es para Alfredo, paramos un momento para que el GPS cogiera
cobertura y enseguida continuamos. Había bastante tráfico, mucho semáforo,
pasos de cebra y una conducción quizás algo arriesgada, a la que nos estábamos
acostumbrando.
Durante un buen rato seguimos
dirección Terespol, hasta que ya aparecieron las señales de Lublin. Nuestro
destino era un pueblecito llamado Garwolin (a mitad camino entre Varsovia y
Lublin), donde simplemente íbamos a dormir, hasta allí teníamos algo más de 1
hora; así ya adelantábamos camino para llegar a Lublin que era nuestro primer
destino real del viaje.
Llegamos al hotel a las 8’45 y preguntamos
si podíamos cenar, nos dijeron que el restaurante estaba abierto hasta las 10,
así que no lo dudamos, subimos y en 5 minutos bajamos a cenar; ya que nuestra
otra opción era un McDonalds, para lo cual además había que coger el coche.
El Hotel Oleńka estaba bastante bien,
más o menos lo que nos esperábamos (a pesar de que las últimas críticas en Booking
que eran demoledoras). La cena nos pareció bastante bien, sobre todo teniendo
en cuenta que era la primera comida polaca y la primera vez que nos enfrentábamos
al idioma. Pedimos ensalada, pollo y cerdo, postres y cervezas; todo nos costó 110
zł (unos 8 € por persona).
Tras la cena, salimos fuera a fumarnos
un cigarrito con todo el fresco, para nosotros el cambio de temperatura era
considerable, pues veníamos de estar todavía en temperaturas muy veraniegas. Luego
echamos un rato en la habitación, comentando el día y viendo la ruta de mañana;
a las 11’30 cerramos luces y a dormir.
Tenia ganas ya de leerte. Las cervezas que no falten eh!!
ResponderEliminarYa sabes que en nuestros viajes no faltan las cervezas.
EliminarUn saludo, Cati.
Esas birras me suenan un poco.
ResponderEliminarNosotros allá donde vamos, siempre pedimos la cerveza local.
EliminarSaludos, Cati.