Día 15: vuelta a casa

Bien pronto sonó el despertador, tanto como las 6 de la mañana, bajamos a  desayunar justo cuando abrían a las 6’30, desayunos tan sólo un zumo y un bollo, porque ni teníamos mucho tiempo ni teníamos mucha hambre a esas horas; pero así no salíamos con el estomago vacío.

Subimos a por las maletas, hicimos el check-out y a por el taxi. Como no teníamos muy claro cual sería el nuestro, preguntamos en recepción y nos dijeron que ya venía, unos minutos después llego uno de la compañía MPT que era el nuestro; no había casi tráfico a esas horas y en poco tiempo llegamos al aeropuerto, nos costó 32 zł.

Facturamos, y luego cambiamos los złotys que nos quedaban, con una conversión bastante peor que la de ayer (4’64 zł = 1 €). Después pasamos el control y a esperar. Nos tocó una puerta de embarque pegada al duty free, y apenas había sitio para estar por allí.

Nuestro vuelo era a las 9’35 pero cuando estábamos a punto de embarcar lo retrasaron 15 minutos; embarcamos con ese pequeño retraso, pero nos tuvieron cerca de 1 hora en el avión, aunque por lo menos hay que decir que tuvieron la gentileza de darnos agua antes de salir.

El vuelo tenía que llegar a Zurich a las 11’40, pero fue a las 11 y algo cuando estábamos saliendo de Varsovia; en el avión venía bastante gente con enlaces muy muy cortos (de unos 15 minutos sin contar con el retraso); afortunadamente no era nuestro caso ya que nosotros teníamos más de 5 horas.

Cuando llegamos a Zurich, dejamos que bajara del avión toda la gente que iba con prisa. Por nuestra parte la idea inicial en esta escala era acercarnos a la ciudad (está a 15 minutos en tren), como ya hicimos en el viaje de ida del año pasado a Boston; aunque la ciudad no nos había gustado mucho, siempre es preferible dar una vuelta que tener que esperar en el aeropuerto. Pero con el retraso ya no merecía la pena.

La llegada a la Terminal A fue bastante caótica, todos los vuelos tenían retrasos de 1 o 2 horas, y toda la gente iba corriendo por la terminal. Lo que no teníamos muy claro al llegar, es si los retrasos iban a más o a menos, así que no había otra que ir observando las pantallas a ver como se iba desarrollando la mañana. Al final la cosa fue mejorando y poco a poco iban saliendo los vuelos, y los retrasos iban a menos.

La terminal A es muy de transito, donde hay muchas puertas de embarque, sin embargo en la Terminal B, hay muy pocas puertas de embarque y es donde están las tiendas y restaurantes.

Comimos unos bocatas, caros carísimos (cada uno 11 € por un bocadillo y una bebida), pero es lo que hay en un aeropuerto y más si es en Suiza, pagamos en euros y allí mismo te hacían el cambio al franco suizo, y claro las vueltas te las dan en su moneda, así que luego compramos agua y chocolatinas para deshacernos de todos los francos suizos.

Al final los vuelos iban saliendo y el aeropuerto recuperando la normalidad, finalmente nuestro vuelo salió en hora a las 17’10, y tras dos horitas de vuelo tranquilo, a las 19’10 puntuales llegamos a Valencia.

A nuestra llegada a Valencia, nos recogieron nuestros amigos Luis y Lourdes, y una vez en casa, junto con ellos y la familia nos fuimos a cenar.