Kilómetros
aproximados: 290.
Nos despertamos bien pronto y a las 7 nos
pusimos en marcha. Los que están alojados en el hotel pueden pasear en
cualquier momento, no tienen que esperar a la apertura, la GUARIDA DEL LOBO (Wilczy Szaniec
en polaco, Wolfsschanze en alemán y WOLF’S LAIR en inglés), fue uno de los mayores cuarteles de Hitler. Dirección: Wilcze Gniazdo
en Gierłoż, cerca de Kętrzyn. Horario: de 8 al atardecer. Precio: 15 zł. Precio
parking coche: 10 zł. Los clientes del hotel no pagan ni entrada ni parking.
La
Guarida del Lobo era el nombre
clave de uno de los mayores cuarteles militares
de Hitler durante la Segunda Guerra
Mundial. El complejo se encontraba en la aldea de Gierłoż (en alemán, Forst Görlitz), cerca de Kętrzyn (en
alemán, Rastenburg). Construido en 1941 poseía unos 80 edificios camuflados,
50 de los cuales eran búnkeres; estaba rodeado de campos minados y alambres de
púas e inmerso en un espeso bosque; tenía su propia central eléctrica y recibía
suministros de una base aérea cercana. En 1944 vivieron aquí más de 2.000
personas. Una empresa de jardinería especializada de Stuttgart, enmascaró todo
el complejo, de tal forma que en las fotografías aéreas daba la impresión de un
denso bosque.
Aquí
se perpetró el fallido intento de asesinato de Hitler, el 20 de julio de
1944, planificado principalmente por Claus von Stauffenberg, que
luego fue ejecutado. La cantidad de
explosivo utilizado en la reunión habría matado a todos los
participantes si se hubiera celebrado en un búnker de hormigón, pero como la
reunión se celebró en un cuartel, las lesiones fueron mucho más leves.
Al
retirarse, Hitler ordenó la demolición del complejo (la noche del 24 al 25 de
enero de 1945); sin embargo, a pesar de que estima se utilizaron alrededor de
ocho toneladas de TNT, los edificios, aunque seriamente dañados, permanecieron
en pie. Dos días después llegaron las tropas del Ejército Rojo. La limpieza de
los campos de minas se prolongó hasta 1955.
La ruta es muy fácil de seguir, y
además los bunkers están numerados; de todas formas la tarde anterior compramos
un mapa (esta vez en inglés), en la recepción del hotel. A esas horas estábamos
solos, seguramente habría algún huésped del hotel también paseando, pero no
vimos a nadie. Al principio llovía un poco, pero paró pronto, paseamos en
completa tranquilidad y silencio, tan solo interrumpido por pájaros.
El bunker 3, es el del atentado a Hitler |
Eran las 9 de la mañana, hacer está
ruta nos llevó un par de horas; antes de comenzarla comimos alguna galleta, pero
ya tocaba desayunar. Lo teníamos incluido, aquí no hay posibilidad de elegir,
te sirven un plato con fiambre y unas salchichas; no es mi desayuno favorito,
pero hay que reconocer que no estaba mal y ya teníamos hambre.
Aunque todavía no nos íbamos, hicimos
el check-out y dejamos las maletas en el coche; de hecho ya éramos los últimos
en dejar la habitación.
A la otra parte de la carretera, hay
otra ruta, esta tiene una carreterilla asfaltada, pero se nota que está muchos
menos transitada, porque si te sales de ahí no hay ningún camino; de hecho
siguiendo el plano buscábamos un camino, que de poco transitado la hierba lo había
ocultado; en esta ruta estaríamos menos de una hora.
Como despedida, nos montamos en un
panzer alemán, a los chicos les hacía ilusión, y allí que subimos los tres. Te
da una vueltecilla de unos 20 minutos por la parte de la ruta que acabamos de
venir, y pasando por algún camino privado; el conductor te va diciendo (en
inglés) los lugares por los que vas pasando; el paseo nos costó 120 o 130 zł creo recordar (unos 30 €).
El paseo es con efectos especiales, hacen estallar un buen petardo |
Unas últimas fotos antes de irnos, de las vías que llegaban al complejo y del cartel.
Al final el tiempo se había pasado
volando, ya era casi mediodía y no podíamos entretenernos más; había que llegar
a Varsovia a las 5’30 para dejar el coche, y hasta la capital teníamos cerca de
cinco horas.
Pusimos el GPS, y durante todo el
camino íbamos vigilando dos cosas, por una parte la gasolina, ya que había que
devolverlo vacío y no estábamos seguros de si llegaríamos con la que había en
el depósito; el ordenador del coche decía que nos sobrarían unos 50 kilómetros;
y no se equivocó porque al final sobraron para unos 80 kilómetros.
Y por otra parte la hora de llegada,
que con el montón de obras que nos encontramos, los tractores, los pueblos a 50
km/hora que cada vez eran más largos, veíamos complicado llegar a la hora indicada.
El paisaje que nos acompañaba durante muchos kilómetros |
Para comer, como no queríamos perder
tiempo, más bien no nos lo podíamos permitir; lo más rápido era comprar pan y
fiambre en un supermercado y preparar bocatas.
Llegamos a los alrededores de Varsovia,
con atascos y obras, ya había un momento que pensamos que si nos hacían pagar
otro día pues se pagaba y ya está; pero al alejarnos de la ciudad al aeropuerto,
la cosa mejoró y había muchos menos tráfico. Entramos en el parking a las 5’39
y llegamos corriendo al mostrador, el chico sobre la hora no nos dijo nada, nos
dejó allí y se fue a comprobar si el coche estaba correcto (nosotros pensábamos
que si), nos dijo que no hacía falta que le acompañáramos, pero pensábamos que
hubiera sido mejor, porque si ahora volvía y decía que había algo, otra vez al
coche para comprobarlo nosotros. Pero no hubo ningún problema, volvió y nos dio
el OK.
Pensando que el tema presupuestario en
el viaje iba bastante bien, decidimos ir en taxi al hotel. En el folleto que
hay en la web del aeropuerto te recomiendan tres compañías de taxi (ELE TAXI,
SAWA TAXI y SUPER TAXI), además de indicar que el coste del trayecto del
aeropuerto al centro debe rondar los 40 zł. En el interior del aeropuerto está
indicado en el suelo estas tres compañías de taxis, y nada más salir allí están
(el resto de compañías están un poco más lejos); es imposible equivocarse. A
nosotros nos costó el trayecto 45 zł (unos 10 €), y eso que había bastante tráfico
de entrada a la ciudad.
Estábamos alojados en el Novotel Warszawa Centrum. Descansamos
un rato y luego fuimos a coger un tranvía para ir al centro (andando son unos
30 minutos), justo en la puerta del hotel hay una parada de tranvías y con el 4
en de diez minutos llegas al centro; queríamos comprar un billete que servía
para todo el fin de semana, pero no lo encontramos en la máquina, así que
compramos el de 20 minutos (3’40 zł).
Una vez en el centro, dimos un corto
paseo y ya fuimos a cenar, elegimos el Zapiezek,
un restaurante donde su plato principal son los pierogis; pedimos dos de
pierogis y una salchicha que vimos que tenía muy buena pinta, los pierogis
llevaban una salsa de arándanos buenísima, me encanta; los tres platos junto
con las cervezas nos costaron 103 zł (unos 8 € por persona). La cena estuvo
bien, pero el servicio no nos gustó mucho, porque casi no habíamos acabado ya estaban
quitando los platos y nos estaban trayendo la cuenta.
Serían poco más de las 10 de la noche,
pero entre el madrugón y las casi seis horas de coche, estábamos un poco
cansados, así que preferimos irnos al hotel. A esas horas el tranvía que nos llevaba
directo ya no circulaba, así que decidimos coger un taxi; pero incautos de
nosotros nos metimos en el primero que pillamos sin mirar ni preguntar, y nos
cobraron 54 zł (unos 13 €) más que el que nos había traído del aeropuerto, la
compañía en cuestión era Euro-Taxi. Mañana ya nos fijaríamos más, antes de
montarnos en el primero, seguro segurísimo.
Un poco de internet y a dormir.
La Guarida del Lobo a nosotros nos gustó mucho pero no nos subimos al panzer. Vaya pintas! Muy alemanes no pareceis, jeje.
ResponderEliminarBesitos!!
A nosotros también nos gustó mucho, entre otras cosas porque la recorrimos en completa tranquilidad. Y lo de subir al panzer, pues un capricho de los chicos.
EliminarBesos, Cati.