Hoy no había que madrugar porque
tocaba día de museos y todos abrían a las 10, así que salimos del hotel a las
9’30. Lo primero que hicimos fue buscar otra máquina de billetes para ver si
encontrábamos el que valía para todo el fin de semana, y para ello nos fuimos
hacia la entrada del metro (Centrum), y allí en la primera que máquina que
encontramos si estaba el billete (BILET WEEDENDOWY VALE) que vale 40 zł y sirve
desde las 7 de la tarde del viernes hasta las 8 de la mañana del lunes, y
además sirve para hasta 5 personas; un billete muy recomendable.
El primer museo nos pillaba a 10
minutos en tranvía, llegamos justo cuando estaban abriendo el MAUSOLEO DE
LA LUCHA Y EL MARTIRIO (Mauzoleum Walki i Męczeństwa). Dirección:
Jana Chrystiana Szucha 25 {parada tranvía Marszałkowska}. Horario: 10 a 4.
Precio: 8 zł, aunque ese día no sabemos porque pero era gratuito. El museo
lleva poco tiempo porque es bastante pequeño.
El Mausoleo está localizado el ala
izquierda del edificio del Ministerio de Educación Nacional, y es conocido
también como CUARTELES DE LA GESTAPO. Durante los años de la ocupación nazi
tenían aquí su sede la Policía de Seguridad y los Servicios de Seguridad. En
los sótanos del edificio se encontraba una severa cárcel, en la que se
realizaban interrogatorios y se torturaba a los detenidos. Se pueden ver las
celdas colectivas, llamadas “tranvías”, los pasillos, las celdas de
aislamiento, y el cuarto del guardia de la Gestapo, en el que tenían lugar los
interrogatorios. Las paredes, los marcos de las ventanas y los suelos están
cubiertos por miles de inscripciones.
Los tranvías llevan a bastantes sitios
y son muy fáciles de entender, así que enlazando tranvías (en Centrum) llegamos
al MUSEO DEL EJÉRCITO POLACO (Muzeum Wojska
Polskiego). Dirección:
Jerozolimskie 3 {parada tranvía Muzeum Narodowe}. Horario: 10 a 4. Precio: 15
zł.
La zona del exterior (que es gratuita)
tiene una exposición con tanques, helicópteros militares y aviones. Pero lo que
más curioso es un vehículo llamado “Kubus”, sobre el chasis de un Chevrolet 157
lo blindaron recubriéndolo de placas metálicas; este vehículo fue utilizado por
la resistencia polaca (Armia Krajowa) durante el Alzamiento de Varsovia.
El interior es enorme y hay varias
salas con grandes colecciones de armas, uniformes, estandartes, condecoraciones
y otros artículos relacionados con el ejército; abarcando desde la creación del
estado polaco en el siglo X hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Comienza en la época de la Edad Media,
y cronológicamente va avanzando a través de los siglos, una de las escenas que
más llama la atención son los húsares alados polacos.
Finaliza con las salas que abarcan la Primera
y Segunda Guerra Mundial, con todos los mapas de los cambios de configuración
de los países de Europa; la verdad es que nos entretuvimos bastante mirando los
mapas, tantos cambios de frontera nos dejaban locos.
Para finalizar en el piso superior (en
una sala muy oscura) hay objetos hallados en lugares de diversas matanzas, como
la de Katyń.
Enlazando tranvías nuevamente (esta
vez en Dw. Centralny) llegamos a nuestro siguiente destino que era, el MUSEO DE LA PRISION DE PAWIAK (Muzeum
Więzienia Pawiak), que es
una prisión ya desaparecida, lo que hay ahora es una reconstrucción en memoria
de los aquí desaparecidos. Dirección:
Dzielna 24/26 {parada tranvía Anielewicza}. Horario: 10 a 4. Precio: 8 zł,
aunque también resultó gratuito, y nuevamente seguíamos sin saber porque.
Cobró una especial importancia durante
la Segunda Guerra Mundial, ya que era utilizada por la GESTAPO, allí eran
encerradas las personas detenidas durante las redadas. Situada en el mismo
centro de la ciudad, fue testigo de crímenes en masa que estremecieron a la
Varsovia ocupada, aquí fueron asesinados 37.000 presos, y cerca de 60.000
fueron enviados desde aquí a los campos de concentración. Por el día los
llevaban a los cuarteles para interrogarlos y por la noche los traían de nuevo
aquí.
De la prisión original, tras la
devastación que sufrió Varsovia en la Segunda Guerra Mundial, solo quedó la
puerta y el árbol; este lugar también es pequeño y la visita se hace rápida.
Actualmente el árbol que hay en la
puerta es artificial, ya que el original murió y como era todo un símbolo
decidieron hacer una réplica; en el interior del museo se ven fotografías del
árbol a través del paso de los años; también hay trozos del árbol original que
se ha conservado.
Comimos muy cerca en una pizzería
llamada Dominium, las tres pizzas con las cervezas nos
costaron 73 zł (cerca de 6 € por persona). Nos llamó la atención, que tienen
mucha costumbre de servir la cerveza con pajita, era algo que ya habíamos visto
más veces, pero no dejaba de llamarnos la atención.
De nuevo al tranvía para ir al último
museo del día, lo considerábamos el plato fuerte, MUSEO DEL ALZAMIENTO DE VARSOVIA (Muzeum Powstania Warszawskiego). Dirección: Grzybowska 79 (entrada por
ulica Przyokopowa) {parada tranvía Muzeum Powstania Warszawskiego}. Horario: 10
a 6. Precio: 14 zł. Pelicula 3D: 2 zł. La audioguía creo recordar que 10 zł. Y
los domingos el museo es gratuito.
El museo esta en el edificio de la
antigua central eléctrica de tranvías, fue inaugurado en 2004 en el 60
aniversario del levantamiento de Varsovia, y es un homenaje a los varsovianos
que lucharon y perecieron por una Polonia libre y por su capital.
Nos muestra la vida diaria de los
civiles y la historia de los 63 días de lucha, también hay una replica del
bombardero Liberator B-24J que era el que llevaba provisiones. Cada 1 de agosto
a las 5 de la tarde suenan sirenas de alarma y se para el tráfico, es como la
ciudad conmemora dicho acontecimiento.
El corazón del Museo es una estatua de
metal que atraviesa todos los pisos del edificio. En sus paredes ha sido
grabado el calendario del Alzamiento. Se escucha el sonido del latir de un
corazón, que simboliza la vitalidad de la Varsovia del año 1944.
Hay una sala de cine donde se puede
ver una película en 3D “La Ciudad en Ruinas” ("Miasto ruin"), se
trata de un simulacro de vuelo del “Liberator” sobre la destruida y deshabitada
Varsovia del año 1945.
Teníamos alrededor de 2’30 horas para
la visita. Comenzamos a oír la audio guía, pero sólo hasta el numero 13 o 14
porque las locuciones eran muy largas, cada una de 3, 4 o 5 minutos, y habrían
unos 40 puntos o más; así que a ese ritmo no iba a dar tiempo ni de casualidad.
Decidimos ir a ver la película porque
el cine ese día lo cerraban a las 5, y menos mal, porque el cine está muy mal
organizado; la sala es muy pequeña y estaríamos como 40 minutos en cola. La
película está bien, porque es ver la ciudad de Varsovia desde el aire después
de ser asolada, totalmente en ruinas. Impresionante.
Pero lo peor venia ahora, por la tarde
había un concierto y estaban con el “probando probando” y la música a todo
volumen, además de zonas cortadas. Iba todo el mundo perdido sin rumbo, ya no
se podía seguir bien la ruta y además casi no se podía oír el audio guía; y
claro, cuesta concentrarse en una historia como esta, cuando estás oyendo más
la música que la audio guía.
Salimos bastante disgustados, porque
consideramos que estaba fatalmente gestionado todo, la audio guía larguísima,
en el cine se montan colas horrorosas y si encima te encuentras lo de la música
y con zonas cortadas, peor imposible.
Tras este fiasco como no era tarde nos
acercamos con el tranvía hacia el Stadion
Narodowy, para dar vuelta; además aquello estaba muy animado porque mañana se
celebraba la maratón en la ciudad.
Luego de nuevo al tranvía al hotel,
donde llegamos en pocos minutos, descansamos un rato y luego ya salimos a
cenar. Al salir vimos iluminado el Palacio de la Cultura y la Ciencia (Pa łac
Kultury i Nauki).
Una vez en el centro, dimos una vuelta por la bonita Rynek Stareo Miasta.
La sirena tiene su historia: Cuenta
la leyenda que precisamente al pie del Casco Viejo actual, una sirena salió del
agua a la orilla arenosa para descansar, el lugar que vio le gustó tanto que
decidió quedarse aquí. Los pescadores del lugar se dieron cuenta de que alguien
durante la pesca agitaba las aguas del Vístula, enredaba sus redes y liberando
los peces, por lo que decidieron capturar al culpable y solucionar el asunto
para siempre. Al oír el hermoso canto de la sirena, abandonaron sus propósitos,
pues se enamoraron perdidamente de la bella, mitad mujer mitad pez, que desde
entonces cada tarde amenizaba el trabajo de los pescadores con su precioso
canto. Un día un mercader rico que paseaba por la orilla del Vístula vio a la
sirena. Decidió capturarla y encerrarla para poder después presentarla en las
ferias por dinero. Y así lo hizo. El llanto de la sirena llegó hasta el hijo de
un pescador que, con ayuda de sus amigos, la liberaron por la noche. La sirena,
en prueba de su gratitud a aquellos que la habían salvado, les prometió que
siempre que necesitasen ayuda los defendería. Precisamente por eso, la Sirena
de Varsovia está armada con una espada y un escudo, para defender la ciudad.
Actualmente la sirena forma parte del escudo de la ciudad |
Una vez en el centro, fuimos al PARQUE MULTIMEDIA DE FUENTES (Multimedialny Park Fontann), no
teníamos muy claro donde estaba, pero fue fácil, solo había que seguir a la
gente. Es en espectáculo multimedia de “Agua, Luz y Sonido” que en septiembre
es viernes y sábados a las 21 horas. La verdad que llegamos un poco justo de
tiempo y no pillamos muy bien sitio, pero el espectáculo estaba bastante bien,
con imágenes, música, pantallas de agua, fuentes de luces; eso sí, es en el río
y te acabas quedando helado.
Para cenar elegimos uno al azar
llamado Pod Samsonem,
y posiblemente fue la peor cena/comida de todo el viaje. Yo me pedí pierogis y
los chicos pidieron uno que era para compartir, pero resultó ser algo así como
un plato de fiambre muy escaso (además de no muy sabroso), así que hubo que
pedir un codillo de refuerzo; no entendimos como podría poner en la carta que
era para dos personas; por lo menos no salió caro, la cena con las bebidas
costó 92 zł (poco más de 7 € cada uno).
Ahora tocaba coger un taxi, comenzamos
a buscar una parada que habíamos visto antes, pero estaba vacía, así que
seguimos buscando y cuando vimos uno sacamos la dirección del hotel y
preguntamos, nos dijo que 20 zł, así que subimos, esta vez ya nos pareció un
precio más lógico, este fue Taxi Grski.
Mañana era ya nuestro último día en Varsovia
y en Polonia, y tampoco había que madrugar, nos tocaba visita con guía a las 10.
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